El que lea el título dirá que es un artículo que relata ucronías nórdicas, escritas bajo el influjo de varias vueltas de vodka.
Pero estamos hablando de otro campeonato.
Para ser más claros, qué pasaría si en lugar de un campeonato de fútbol tuviéramos uno de transparencia. Manteniendo la composición de los grupos de Qatar se realizarían los distintos partidos, pero prevaleciendo por su indicador en la última evaluación de Transparencia Internacional. De esta manera los equipos triunfarían por su mejor ranking en lugar de sus habilidades futbolísticas (o suerte, que nunca se desprecia).
Con estas reglas tendríamos algunos resultados interesantes de observar:
La final según estas nuevas reglas sería entre Suiza y Dinamarca, con un festejo a los 90 minutos en las gélidas calles de Copenhague.
En estos días pasados pensamos, hablamos y comimos fútbol. Ya sabemos quién es el justo campeón del Mundial de Futbol. Pero tal vez sería bueno ir preparándonos con mayor esmero para poder aspirar a las instancias finales de este Mundial, el de la Transparencia. Este torneo ya está jugado, pero tenemos unos años para el próximo evento. Y poder levantar una copa que todos y cada uno debemos aspirar merecer.